Nuestro último viaje, estaba repleto de incógnitas, no sabíamos realmente que nos
íbamos a encontrar, las informaciones eran confusas, teníamos claro que era una Isla en el Atlántico, a unos 600 km
aproximadamente al norte de las Islas Canarias, frente a las costas de marruecos.
Pero no teníamos claro el clima exacto que nos podríamos encontrar, ni el estado de las carreteras y por supuesto el aeropuerto, ya que todo lo que habíamos escuchado es que aterrizar en ese aeropuerto era toda una odisea, pues comprobamos que sí, la pista de aterrizaje del aeropuerto era muy pequeña y ¡¡¡en un acantilado!!!, el avión se movía muchísimo, pero sin mayores problemas, uno de los
sanblaseros rompió a aplaudir.
Una vez estando allí, y estábamos recogiendo el coche de alquiler, no nos quedaban muy claras ciertas partes del contrato de alquiler, nos indicaban que teníamos que devolver el depósito lleno y no sabíamos porque, tampoco les entendíamos muy bien, todo se solucionó y la razón es que si no devolvías el tanque del combustible lleno, tenías que pagarles un recargo, todo solucionado.
Funchal, la capital de
Madeira, se extiende en un pronunciado desnivel, y todo el ambiente se mueve alrededor del puerto y del Casino, la zona hotelera está algo retirada, la oferta gastronómica es amplia (podemos asegurar que se come,
muuuuuyyyy bien). Como platos típicos está el Pez Espada, siempre muy acompañado por ensaladas, patatas y arroz. O la Espetada, una brocheta de carne muy bien servida.
La isla de
Madeira se caracteriza por su abrupto paisaje, el desnivel es asombroso y las carreteras y túneles son toda una obra de
ingeniería, para conocer la isla, lo mejor es coger las carreteras secundarias, ya que la carretera principal la 101, es una autovía que transcurre en su mayor parte por
túneles, tras esos
túneles están las carreteras secundarias las cuales esconden los asombrosos paisajes, playas perdidas, agricultura en acantilados imposibles, cascadas y animales. Debemos de aconsejar las zonas cercanas a los pueblos de
Camara de Lobos,
São Viçente, Porto
Moniz,
Caniçal y
Santana, disfrutarás la isla. Nosotros recomendamos hacer una ruta de
senderismo por lo menos, debes de ir preparado, al menos
psicológicamente, porque llegar por esas carreteras ya es una aventura, pero luego aguantar andando por esos desniveles
también es de admirar.
tenéis infinidad es estas rutas por toda la isla, su nombre, levadas.
Podemos asegurar que en
Madeira, no hay playas, al menos como nosotros las conocemos, aquí las playas son de rocas
volcánicas, son preciosas, pero poco aptas para espaldas y pies delicados. A favor los
madeirenses han creado un negocio llamado Complejo Balneario, son piscinas construidas junto al mar, dejan pasar el agua del océano y por supuesto puedes bañarte en el océano
atlántico donde el agua está
limpisima, todo lo tienen muy bien organizado por
aproximadamente 3,5 €.
La vida nocturna en
Madeira, está en
Funchal, y no es gran cosa, aquí la fiesta son los
miércoles, viernes y sábados, el resto de días, Casino. Nosotros tuvimos un pequeño encontronazo con una "persona", un encargado de una discoteca llamada "
Vespas", al parecer al tipo nadie le ha dicho como se debe tratar a la clientela y nunca nadie antes le había mirado a la cara
desafiantemente, allí la gente joven aguanta que un tipo decida al libre
albedrío quien accede al local y quien no, sin importarles que esto sea denigrante para ellos, y que nosotros en este artículo lo tachemos de "mafioso", si algún día este personaje leyera esto, esperamos que venga algún día a Madrid y aprenda un poquito de educación y de lo que realmente es "fiesta". Esa noche, tras darnos la vuelta nos fuimos a una discoteca llamada
KOOL, que recomendamos porque está situada mejor, porque es más barata, porque hay menos niñatos y porque los
trabajadores de esta casa son normales.
Hasta aquí la primera parte de tres, en la que explicamos la vida de
MADEIRASANBLASEROS POR EL MUNDO ´09